Sistema métrico

λ


Se opone el detractor del metro al metro
vociferando que pasó de moda,
que nadie hace sonetos, que una oda
un lugar común es, obtuso o retro.

Porque de mis palabras tengo el cetro,
con, de la afectación que puedo, toda,
para decirle, en claro, que no joda,
este forzado hipérbaton perpetro.

Acaso atroces rimas, chapuceros

epítetos, a aquél desequilibren
y sentencie a este verso prisionero

(el prisionero es él); o el horror vibre
ante un endecasílabo en su cuero.
Él, si quiere, que escriba verso libre.

Polilla muerta

En internet la información está todo el tiempo cambiando. Por ejemplo, la tapa del Clarín. ¿Qué contiene una página? En un momento dado, contiene algo. ¿Pero qué contiene en general? Mañana cambia y lo que hubo ya no va a estar más.

¿Cómo se puede hacer un link a una dirección de internet que quizás mañana deje de existir? Qué problema, eh.

Filosóficamente estoy jodido.

Podría parecer que al decir "Qué problema" estoy bromeando, pero no. Me refiero al hecho de que un link no sea un contenido sino una dirección.

Este hecho tiene sus ventajas. Por ejemplo, puedo poner un link a la definición de cierta palabra en el diccionario, y el hecho de que sea una dirección garantiza que cuando alguien lo mire, la definición va a estar al día.

Otra ventaja es que el link a una página es, casi siempre, mucho más pequeño que su contenido.

Pero también hay algunas desventajas en esto. Por ejemplo, que si un día la página a la que el link apunta muere, el link va a empezar a ser un "broken link", y va a dejar de ser válido.

No es casual que lo mismo pase en otros planos de la computación. Esto tiene que ver con lo que a veces se conoce como pasaje por valor (si quiero darte algo, te doy directamente la cosa en cuestión) vs. pasaje por referencia (guardo la cosa en un lugar, y te paso la "dirección").

En líneas generales, las mismas ventajas y desventajas que tienen los links se pueden ver en el uso de referencias o punteros.

En algunos casos, sería ideal poder especificar links dando no sólo la dirección de la página, sino también la fecha/hora en la que se la vio.

Y todo esto tiene que ver con la mutabilidad, el tiempo, el cambio, el mantenimiento de estado.

La pregunta en general es, ¿cómo reflexionar filosóficamente o matemáticamente acerca de las cosas que cambian?

Yo era un bebé, ahora soy esto que te escribe desde un teclado, luego voy a ser un viejo.

Un primer acercamiento podría consister en afirmar que soy algo que cambia. Pero en ese caso ¿qué sería yo? Evidentemente no sería el bebé, ni el Pablo de hoy, ni el viejo. Porque ninguno de ellos cambia, ¡pero yo sí!

El bebé es como el contenido de una página, que a medida que pasa el tiempo deja de existir y da lugar a otros cuerpos, a otras mentes.

Una forma de pensarlo es que yo soy un link a una especie de caja abstracta. Una caja en la que en diferentes momentos hay diferentes cosas. Una caja en la que hubo un bebé y habrá un viejo. Que soy un puntero a una persona.

Otra forma de pensar las cosas es que en realidad yo nunca cambio. Yo soy una función [parcial, snif] del tiempo, que evaluada en alguna fecha remota es un bebé, y evaluada en alguna fecha del futuro es (hopefully) un viejo.

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