(por la poetisa Bí Á)
La primera vez que leí uno de los cuentos de Pichito, quedé impresionada. Quizá el asunto sea que soy fácil de impresionar. Pero boluda no soy.
En la obra de Pichito pueden advertirse dos períodos, que, está escrito en su biografía, se corresponden íntimamente con las etapas de su vida. Nadie vaya a creer, no obstante, que me trago estas palabras, ya que la obra es de Cachavsky. (Demasiado respeto no merece este literato, de quien Cachavsky mismo afirma no es más que un títere de Stragagmesani).
Primera etapa de Pichito
Dejando aparte la historia de la vida del Payaso, la primera etapa, que ña Chinfa Espirilesa quiso llamar "mi etapa", y los demás conocen como "la etapa de la Chinfulesa", está caracterizada por el uso de imágenes visuales chocantes.
Con ello me refiero a que la temática en algunas de las obras más tempranas del payaso, tales como Jamón o queso y la épica en endecasílabos Cuando nos conectamos en el mésenyer suelen contener minuciosas relaciones de accidentes de tránsito, colisiones de asteroides y otras imágenes chocantes de menor importancia (vg. considérese la constante obsesión de la princesa Nnnnénnnánnáné por los autitos chocadores, como presagio de muerte).
A modo de ejemplo, tómese el siguiente diálogo de Cuando nos conectamos en el mésenyer:
- Cuando quise que hablaras en el mésenyer,
fingiste estar Ausente. - ¿Y a qué vienen
tales increpaciones Nnnnénnnánnáné?
- A que yo pretendía hablar contigo,
e invitarte a pasear. - ¿Para ir adónde?
- Al parque secular de triversiones
que fundó el diminuto de Ernestino,
a visitar el tren del cariabón
(aunque sé que no asusta), a la montaña
pluplanquesa de vueltas nauseabundas,
a la quermés para ganarme un pato
de goma, al carrusel que armó Pichito
el día que compuso endecasílabos,
por último, y no menos importante,
a la pista de autitos chocadores
para chocar contigo, no sin ti.
- ¿Y por qué usás el tú? -le preguntó-.
- Mis razones son claras, y sencillas.
Me da un tonito místico y aparte
le facilitan al autor la métrica.
- Una pregunta más -dijo la dama-.
¿Por qué no me mirás cuando me hablás?
- Fingiste estar Ausente pero estabas.
Para mí de ahora en más estás Offline.
[...]
Segunda etapa de Pichito
La segunda etapa en la vida literaria del Payaso ha sido adecuadamente descripta por sus críticos (Naarnja Lóimn y Peomlo Mdanarina) como permanentemente abusiva de la ambigüedad y lo contradictorio.
La ambigüedad muchas veces se evidencia en el título mismo de la obra (vg. Suelo militar). La contradicción, en las palabras del Payaso, que casi siempre la hacen explícita. La poetisa Bí Á suele escribir oraciones agramaticales e incompletas. Los juegos de la contradicción son expuestos las más de las veces de manera consciente por Pichito.
El objetivo del Payaso es múltiple. Por una parte, la ambigüedad y la contradicción son una forma de hacer explícito que la obra no tiene sentido por sí misma.
La ambigüedad conduce al lector a tomar conciencia de que él es el definitivo autor de aquello que lee, de que el texto escrito como tal es inerte, y que sólo su interpretación puede dar lugar a la obra.
La contradicción señala que el texto concebido no es más que un artificio, muestra al lector que en el mundo configurado por una serie de párrafos no tienen por qué regir las leyes que gobiernan nuestro planeta Edacval.
Por otra parte, la contradicción en Pichito es una continuación de las tradiciones contradictorias de la filosofía pastoísta, de la cual hay mucho para decir y de lo que no hablaré en este pequeño artículo de la enciclopedia.
Como ejemplo, baste tomar el comienzo del cuento "El cuento de la mañana oscura".
Lo raro de nuestro personaje es que nadie había escrito un cuento acerca de él, y que su destino era no figurar jamás en alguno.
Resulta extraño entonces que usted, lector de este cuento (o, mejor dicho, de este fragmento de cuento) esté leyendo acerca de nuestro personaje.
¿Cómo es posible leer un cuento acerca de un personaje del que jamás se escribió un cuento? Con esta jugarreta, estimado lector, le dejo una única salida: que sepa usted que "El cuento de la mañana oscura" no se trata en absoluto de un cuento, y que, desde el comienzo mismo, este narrador es un mentiroso.
[...]
La mayor parte de los críticos, y otros acordes (además de "la mayor"), están de acuerdo en que este cuento de Pichito no se trata de un cuento ya que se encuentra inconcluso, y solamente se conoce el fragmento que figura en Problemática
de la narrativa de Pichito, redactado ahorita mismo por mí (la poetisa Bí Á) y también desde luego por Pablo.
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