El accidente en el circo


La carpa roja y blanca se horroriza,
gime una fémina de barba espesa.
Camilla improvisada es esa mesa
en la que el hombre ya no causa risas.

El monociclo, inválido en el suelo,
maquilló una nariz carmín de blanco.
Ya se baja de arriba el de los zancos
y enjuga un mago el llanto en mil pañuelos.

Encierra la botella de acrobacias,
que emborracha a los circos de desgracias,
licor de irresistible adrenalina.

Y olió, como a tramposa flor de chasco
que salpica al payaso de chubasco,
una red defectuosa y asesina.

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