Sacás de la galera otro conejo.
Los materializás como si nada
fibonachesco, uno tras otro, cada
gazapo de ojos de carmín parejo
atraviesa, quebrándolo, el espejo
con sus orejas hechas de frazada
y la piel blanquecina, inmaculada,
ante la cual el blanco es negro, viejo.
Ya no tengo más tiempo, escucho ahora
la musiquita, el Super Mario Bros,
indicando que ya llegó mi hora.
Es como atragantarse o tener tos,
y tomarse un tecito que expectora
siete versos en un minuto o dos.
Referencia cultural: cuando terminé el octavo verso,
me quedaba un minuto y medio. Me demoré largamente en las
primeras dos estrofas. Mentalmente empecé a escuchar la
musiquita acelerada de cuando quedan menos de
100 ticks en el Super Mario :D
Cada día me salen peor, voy a ver si ["r" o "d"]esisto.
1 comentario:
mucho dadaísmo para mi gusto pero mejor resista ;D
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