Oh, tú, que pasando vas
fija tus ojos en mí.
Cual tú te ves, yo me vi.
Cual yo me veo, te verás.
[Epígrafe de una calavera]
Igual se dan cuenta de que me escondo atrás de sencillos ejercicios de métrica y de programación porque soy demasiado cobarde para poner acá mis miedos. Esa actitud, Pablo, de tratar de mostrarte diferente a los demás para que piensen qué tipo raro, porque no te bancás ser uno más del montón, yo hago cosas raras. Esa actitud es la que muestra que no dejás de ser uno más. Es que no pretendo ser raro, me gusta experimentar. ¿No te das cuenta de que eso es una racionalización?
Después los demás me dicen se nota que tenés mucho tiempo libre, porque el trabajo dignifica y su objetivo es sentir que siempre están ocupados para no tener culpas. Y yo pienso if we never take time, how can we have time? Pero aparentemente el tiempo libre hay que usarlo para mirar tele.
Y así me hundo, todos nos hundimos. Esperamos que un día la felicidad nos alcance como si ella fuera la que tiene que hacer algo por nosotros. Y así se transforma en una continua espera de que llegue la pulpa, para darnos cuenta quizá tarde, o quizá nunca, de que la vida es todo cáscara. Cuando me levanto, estoy pensando en que me tengo que cambiar para salir. Cuando estoy viajando, estoy pensando en que quiero llegar. Cuando llego, estoy pensando en que quiero almorzar. Después del almuerzo estoy pensando en que me quiero ir. Cuando llego de vuelta, quiero que termine el día para que el ciclo empiece de nuevo.
Pasado un tiempo, toda carrera se convierte en una espera para terminarla. Cada comienzo inicia la espera de un fin. En noviembre quiero que lleguen las fiestas. En la semana quiero que llegue el sábado, y el domingo a la tarde quiero que sea lunes. Por la tarde quiero que anochezca, y a la madrugada que amanezca. En verano me quejo del calor y espero que llueva, y en invierno quiero que llegue la primavera. Cuando conozco a una chica, estoy esperando que me dé el teléfono, y cuando me da el teléfono estoy esperando que salgamos, y cuando salimos estoy esperando que nos demos un beso.
¿Por qué después me sorprendo de que la gente quiera terminar las relaciones, para irse a empezar otras nuevas?
Me compro un paquete de galletitas, y después me doy cuenta de que no tenía hambre, solamente quería "haberlas comido". Mientras como ya estoy pensando en el momento siguiente, esperando haberme terminado el paquete. Leo libros por el afán de haberlos leído, para estar orgulloso de la pila que leí, y para jactarme públicamente de mirá cuánto leo. Miro películas para que haya pasado el tiempo. Pareciera que cada cosa que empiezo está siempre contaminada con la idea de terminarla.
Hay algunas frases hechas, lugares comunes, conceptos quemados. Por ejemplo, la frase carpe diem. Cuando los conceptos están quemados siempre hay, por suerte, personas despiertas que tratan de reexaminarlos. El problema es que a veces ellos mismos no se dan cuenta de que lo que realmente quieren es reexaminarlos, y entonces se limitan a criticarlos destructivamente, sin ver que lo que querían era replantearse cuán acertados o erróneos son.
Tu vida, Pablo, es una continua espera. Pensás que no sos feliz, pero que vas a serlo en un tiempo. Siempre estás esperando que algo mejore. Y ese es tu problema. Si no sos capaz de disfrutar este instante, ¿qué te hace pensar que vas a ser capaz de hacerlo en el futuro? Tu espera y tu sufrimiento no se deben tanto a los hechos y factores, pasajeros, del mundo externo como a tu propia incapacidad para vivir el momento.
Nunca vas a empezar a ser feliz si no despertás tu capacidad de disfrutar mediante el ejercicio activo de la voluntad.
Y cuando digo "vivir el momento" estoy diciendo carpe diem: aprovechá el día. Pero a pesar de lo que piensen algunos de sus detractores, no quiero decir: hacé deportes extremos, viajá a la luna, celebrá orgías, comé como un degenerado, tomá éxtasis. Todas esas opciones son, obviamente, válidas; pero vivir el momento es algo mucho más modesto que eso, y requiere mucho menos: seguí con tu vida de siempre, acariciá a tu gato, laváte los dientes, regá las plantas. Pero date cuenta de que tu vida es esto, y de que tu valioso tiempo es lo que está transcurriendo mientras leés este pelotudo post.
Véase también: (1) Zen is boring, (2) Erich Fromm
2 comentarios:
me gustó walter ego, por eso vine a verlo
me parece que este blog habla de las cosas que hago habitualmente: tengo gato, plantas, pelo y dientes...
muchas preguntas frecuentes. Dios deberia poner un FAQ en algun lado.
abrazo.
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