Aunque, ¡ay!, José, yo te admiré al principio,
porque amo tu Canción, ¡oh!, del Pirata,
tu práctica, ¡ay!, del "¡ay!", es tan barata
y tortuosa cual, ¡ay!, ruta de ripio,
que el verbo "honrar", ¡ay!, sólo en participio
podría conjugarlo, ¡oh!, si remata
en caso acusativo, ¡ay!, tu, ¡ay!, ingrata
gracia, ¡ay!, dicha oración. El municipio
tiene, ¡ay!, que subsanar la situación,
aunque, ¡ay!, hay que pagar, ¡ay!, más impuestos;
pero el tránsito es, ¡ay!, tránsito lento.
Esperanzado anhelo, ¡ay!, la ocasión
que tapie, ¡ay Espronceda!, tu funesto
ripio y, ¡ay!, lo convierta en pavimento.
Ay ay, ¡ay!, ay ay.
¡Ay ay ay, ay ay ay! Ay,
ay, ay, ay ay, ay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario