Siempre me sorprende el arte. Quizás sea simplemente que subestimo a la gente de otros tiempos. En realidad nunca dudo que hicieran cosas más interesantes, profundas o virtuosas que las que se hacen hoy: los testimonios del pasado muestran que somos más iguales que distintos. Sin embargo, mi inclinación es la de sospechar que todas esas obras nos resultan aburridas, prejuicio que se funda en el hecho de que las nociones de los tiempos cambian, en que lo novedoso para una cultura no lo es para otra.
Observé, por ejemplo, que para leer clásicos hay que tomarse el tiempo necesario, leerlos "con cariño", contemplar los detalles. Si uno no se toma la molestia, el libro se torna un amasijo intolerable y embolante de líneas. En cambio, si uno tiene la paciencia, empieza a tomar cuerpo algo mucho más emocionante y genial que cualquier, seamos despectivos, novela policial, best-seller o película de acción.
Este fenómeno me hace reflexionar:
- Si la atención que uno le presta a los párrafos puede imprimir tanta varianza en la calidad del objeto-libro, e incluso sin olvidar las teorías que ponen al espectador en el centro de la obra de arte, ¿no será la calidad artística de las cosas una cualidad todavía mucho más subjetiva de lo que se piensa, que depende de la atención que se le preste?
- ¿Qué es la belleza? Al menos en el sentido popular y contemporáneo, ¿no será la belleza una medida de cuán poco esfuerzo se necesita para verla? La afirmación es un tanto circular, pero creo que se entiende. Me pregunto con esto si la concepción posmoderna de belleza no será: bellas son las cosas que requieren poco esfuerzo para ser apreciadas.
- Por último, si es cierto que la atención es lo que hace que las cosas resulten más o menos maravillosas, ¿no será momento de tomar la vía Zen y empezar a prestarle atención a la vida cotidiana, a los pequeños detalles, a lavarse el culo por ejemplo?
La obra que me sorprendió en el día de hoy y me condujo a estas insulsas divagaciones fue la siguiente composición para clavicémbalo, datada circa 1525, My Lady Carey's Dompe.
Update: había puesto un link a otra versión que no me gusta.
Update II: clavichord = clavicordio, harpsichord = clavicémbalo (aka clave o clavecín).
348 comentarios:
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Excelente post. Es un tema muy interesante.
Completamente de acuerdo, las personas deberían de empezar por saber lavarse el culo.
Saludos
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