Lo poesiable

-I- Cantar es al pedo

No le canto a las gatas peludas,
los bichos bolita,
ñalás papafritas;
no le canto a las niñas bonitas
que tienen escritas
canciones de sobra.

Canto en cambio a las gatas sin pelo,
las cobras en celo,
la hornalla con papas;
hoy le canto a las mantis irredentas,
las nenas purulentas
tachadas de los mapas.

Hoy le canto a los peces que, pescados,
dejaron pescaditos
en sendos orfanatos.

Hoy le canto a las ánimas tragadas
por reyes antropófagos.
Quienes no siendo en vida poderosos
duermen su eternidad en un sarcófago.


-II- Microsonata monicata

Sos,
juez,
ves
dos:

no es
Dios,
los
tres.

Tren,
vas
cruel,

¿quién
más
que él?


-III- Nesting

Cuando emprendió
   (y su cántico (la luna
                  es monocroma) opuso la sirena)
la loca (es un axioma, es de la China
           (qué sideral princesa rococó
           que ánimos animados desenfrena)
         la pálida Selene) área de Broca,
la loca (la poesía) travesía,
los mares (la genuina, la profunda
           sima de las Marianas submarina)
decíamos: los mares espumosos
   (la luna es un axioma mentiroso)
las (las abejas son sus asesinas)
bahías de las costas argentinas,
donde se ahogaban los marinos
en el placer del agua y el del vino.

La fiebre tifoidea
a otros llevó por fin a otros caminos.
El capitán tapaba las orejas,
aguzaba las cejas ominosas
suturaba zaheridas
de ya pasadas guerras
(y no por eso menos espantosas)
¡a ver si alguno avista tierra!

Pasaron meses (musical deleite,
qué yeite de los músicos) y nadie
divisó más mogotes que el poniente.

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