Hundir el pasado

Pienso en la fuente clara
de la que en un gorjeo cristalino
saliera el agua otrora (y ya no mana);

en el templo de escoria
que artificial edificó la gloria
grecolatina
y más temprano o tarde vino en ruinas;

en la firmeza terca de tu suela
que hendió una muesca,
clavose en el estiércol semiblando
y en que denso ascendió en el sitio humeando
aquel aroma de la mierda fresca.

Andá a saber por qué quedó grabada
esa impresión particular en mí,
por qué ese olor particular que olí,

por qué la desazón de esa pisada
fue a rayar indeleble y transitoria
la materia fugaz de mi memoria.

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