Raymundo Vera

Este post fue encontrado entre mis archivos y está inconcluso.

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Turing.
Turing c/ jamón y queso.
Turing + papas y gaseosa chicas.
Turing de la casa.
Turing completo.

-Dad, what is mind? Is it just a system of impulses? Or is it something tangible?
-Relax. What is mind? No matter. What is matter? Never mind.

La verdad es solamente este momento. Ponerse a leer o a escribir para tratar de dilucidarla es, recurriendo a la analogía vulgar, como ponerse a hablar de sexo en lugar de coger.

La verdad son las cigarras que escucho cantar, la presión de las teclas en los dedos, el reflejo del sol en la mejilla. La realidad es el calor del pis.

Desde el momento en que uno trata de poner la verdad en palabras para entenderla, está jodido.

¿Pero entonces para qué hablamos?

Por dos razones, que quizá sean una sola. La primera es que con las palabras uno puede apuntar hacia la verdad. Discutir cómo es Última Thule sin haberla visto nunca, o escuchar su descripción de la boca de un viajero, aporta muy poco. Pero las palabras se pueden usar también como instrucciones, como señales para indicarle a otro de qué manera llegar, para que lo vea con sus propios ojos.

Es cierto que, siempre que cursé una materia, me salteé algunos ejercicios. Pero también es cierto que siempre sentí que hay algo mal en la actitud de quienes sistemáticamente saltean los ejercicios que creen que les salen. El entrenamiento consiste en seguir los carteles; decir "si quiero, puedo seguirlo" es orgulloso y muchas veces falso cuando realmente se lo intenta. Como dice la Monad tutorial fallacy, leer una idea entendida por otro, ya masticada, por muy clara que sea, no ayuda a formarse abstracciones: la única manera en la que se forman las abstracciones es a partir de la larga y quizá rutinaria experiencia propia.

La segunda razón por la que hablamos y leemos y escribimos es que las palabras también forman parte de la realidad, en el sentido de que el hecho de discutir, la experiencia de ese momento, también es una verdad.

1. ¿Importa la Verdad o importan los hechos?

Cuando un dedo señala la luna, el idiota mira el dedo

A medida que escribo este post se me van yendo las ganas de terminarlo, porque voy dándome cuenta de que estoy perdiendo mi tiempo y el de ustedes. Es contradictorio, ridículo, que me ponga a escribir sobre lo inútiles que son las palabras. La conclusión tiene que ver con lo dicho más arriba: por un lado, que no me importa si lo que digo es correcto o incorrecto (si es que), que no quiero que nadie tome seriamente estas afirmaciones, que no pretendo formular una teoría consistente, sino solamente apuntar hacia un lugar. No voy a preocuparme por la coherencia. Ningún sistema puede demostrar su propia consistencia, y no se puede definir qué es definir. Si de este texto sale algo, bien, y si no también. La segunda parte de la conclusión es que este post debe ser tomado como un simple hecho de la realidad, y no como un análisis de la realidad. Simplemente es.

Este post debe ser tomado como un simple hecho de la realidad

En la cultura en la que me crié hay una fijación por tener las ideas bien, por saber cuál es la Verdad, por tener la razón. ¿Pero tener la razón importa?

Mi ejemplo canónico, que probablemente repita varias veces en el desarrollo de este texto, es el de creer en Dios. Si una persona cree en Dios y la otra no, pero ante las mismas situaciones actúan de la misma manera, ¿qué diferencia práctica habría entre que crea en una cosa o en la otra? Los conceptos son intangibles, van por adentro. ¿De qué sirve creer en algo correcto o en algo incorrecto si eso a su vez no sirve para actuar mejor o para estar mejor?

Hay una diferencia entre pensar algo y hacerlo. Creo que no hay que prohibirse que las ideas surjan. No hay que reprimir la idea de asesinar al vecino, abusar sexualmente de los propios parientes o comerse a un infante con papafritas. Hay una diferencia entre el tabú y la ética. La gracia es tener la capacidad de mirar la propia mente, de ver cuándo las ideas aparecen y de qué manera nos afectan, de evaluar las ideas y actuar en consecuencia, no de idiotizar el propio cerebro para lograr que ningún impulso contradiga las normas impuestas. Uno es más libre cuando se da cuenta de las infinitas opciones que tiene, y no cuando restringe sus opciones de antemano.

Mi postura es que lo que importa es actuar bien y estar bien, y que por lo tanto las cosas que uno tenga en la mente, esas que son intangibles y van por adentro, son, en principio, totalmente irrelevantes. Esto me dice, primero, que no tendría que cuestionar lo que las personas piensen sino lo que las personas hagan, que no debería preocuparme nunca por convencer a los demás de algo, ni por tener razón.

Pero en otro sentido, las cosas que pasan por la propia mente sí son importantes, porque toda experiencia y toda acción pasan por ahí. ¿En qué quedamos?

2. ¿Por qué digo que la verdad es este momento?

La Verdad es inaccesible

Todo el mundo conoce la teoría del daemon de René, que dice que quizás nuestros sentidos nos engañan y que lo que experimentamos no es real. El problema es que Descartes dice "eso podría ser, pero Dios existe y es perfecto y no nos engaña".

Creer en Dios es asumir una hipótesis que no necesariamente es verdadera. ¿Por qué tanta gente, no teniendo pruebas, cree en Dios? La pregunta es larga de responder, pero en parte la respuesta es que creer en Dios es una cuestión de herencia cultural. Si la cultura en la que uno se cría asume una hipótesis, resulta difícil escapar, incluso aunque usando el razonamiento uno sepa que no hay manera de probar que es verdadera.

La Verdad (en el sentido de conjunto de afirmaciones y leyes que expliquen el universo) es inaccesible, porque las personas solamente tenemos una visión limitada del mundo, sesgada por lo que está al alcance de nuestros sentidos y de los instrumentos de medición. Toda ley que alguien postule para explicarlo va a estar respaldada (a lo sumo, en el mejor de los casos) por la inducción que, se sabe, no es ninguna garantía. Si uno es consciente de esto, puede quedarse con la relativa solución de la ciencia, que no promete la Verdad sino modelos aún no falsificados, con la esperanza de alcanzar algún día el mínimo punto fijo de los modelos aún no falsificados, y que este sea un modelo no falsificable.

La ciencia me parece relativamente útil (sin caer en el positivismo), en cuanto a que permite construir puentes, computadoras, aviones. La ciencia, discutiblemente, dicen sus partidarios, se aproxima a la Verdad, porque las teorías que enuncia han permitido predecir y explicar los resultados de experimentos concretos. Supongo que alguno podría argumentar que la religión cristiana también es útil. Pero si ninguna doctrina puede ser la Verdad, ¿en qué sentido alguna puede ser mejor que la otra? No me estoy refiriendo al debate entre ciencia y religión, mi cuestionamiento es más general. Lo que digo es que, desde el punto de vista práctico, creo que sería más provechoso discutir qué manera de vivir es más útil, y acá digo útil en el sentido de que haga que estemos bien, dejando de lado la Verdad.

Mucha gente como yo, que vive en un paradigma cultural relativamente laico y más bien cientificista, cuestiona las hipótesis no demostradas de la religión, pero no cuestiona otras hipótesis que tampoco están demostradas y sin embargo casi todos asumimos. La ciencia en su forma pura no se contradice con esos cuestionamientos. Pero, creo yo, en la práctica la mayor parte de la gente da por sentadas muchas de esas cosas (ver abajo).

Tendríamos que ser conscientes de las hipótesis que estamos asumiendo

Soy solipsista. No entiendo por qué soy el único.

Mi opinión es que tendríamos que ser cuidadosos, y ser conscientes de las hipótesis que estamos asumiendo y de las que no tenemos prueba directa. Pero, dado que no podemos acceder a la Verdad, ¿para qué querríamos hacer esto, para qué ser tan cuidadosos? A mí me parece que es una cuestión de sanidad mental. Cuanto más consciente esté la mente de las asunciones y las costumbres, uno puede actuar mejor y estar mejor, porque la mente, sin estar atada a los prejuicios, es libre. Si se dejan de lado los condicionamientos, se puede acceder a una experiencia más directa de la realidad, menos contaminada por los modelos que venimos construyendo desde la infancia, que nos permita sufrir menos.

En materia de la Verdad, es decir, de un conjunto de afirmaciones y leyes que expliquen el universo, tiendo a estar del lado de Hume, del escepticismo puro, del solipsismo. La hipótesis de que existen los objetos que percibo no tiene fundamento. No hay manera de probar que existen otras consciencias, ni la relación de causa y efecto, ni el espacio, ni el tiempo.

La única realidad es este momento

La única realidad es la de la experiencia, porque, algún día me voy a cansar de decirlo, no hay garantía de que lo que uno ve es real, pero no cabe duda de que uno realmente ve.

El tiempo es una ilusión. Con esta afirmación no quiero decir que no exista, sino que inferir su existencia no es una conclusión necesaria, no es algo que se desprenda irrefutablemente de nuestra experiencia. Parafraseando de memoria, Borges dice que Rusell dice que bien podría ser que la humanidad exista desde hace sólo un minuto, provista del recuerdo de un pasado ilusorio. (Invito a practicar el siguiente ejercicio, muy sencillo: quitar la vista de esta pantalla, esperar unos segundos y preguntarse ¿adónde se fue mi experiencia de estar leyendo el texto de esa pantalla? ¿en qué medida ese momento existe ahora?).

Lo que estoy diciendo es que este momento, es decir, tu experiencia de encontrarte leyendo este texto en este momento, es lo único que podés saber que existe con certeza.

Para la ciencia, es condición necesaria de una teoría el hecho de que sea falsificable. Es decir, para que una afirmación sea aceptable debe ser concebible un experimento que, si diera ciertos resultados, negaría la validez de esa teoría. La teoría de que existe Dios no es falsificable porque es un moving target: toda definición de Dios es parcial, incompleta; todo contraejemplo da lugar a una nueva definición que no es refutada por el contraejemplo (¿conjunto productivo, anyone?). La teoría de que existe el tiempo parece ser igual de irrefutable.

3. La paradoja de Teseo

¿Cuál es el barco original?

La "paradoja" de la nave de Teseo es una historia que dice algo como lo siguiente: hay un barco al que cada día le van cambiando una de sus maderas, hasta que eventualmente todas fueron reemplazadas y el barco está constituido por maderas completamente diferentes de las iniciales. Una vez terminado este proceso, se construye un barco cuyas maderas son las que le fueron sacando al otro, es decir las mismas que componían el barco inicial. La pregunta, la "paradoja", es entonces: ¿cuál es el barco original?

Por un lado, uno podría pensar que el barco reconstruido es el original, porque las maderas son las mismas. Por otro lado, uno podría argüir que el barco formado por maderas nuevas es el original, porque es el que conservó la continuidad espaciotemporal, el que día a día siguió navegando.

Este tipo de preguntas me generaban, cuando era más chico, un mild amusement. Son las preguntas que algunos pretenden interpretar con lógica difusa, como, por ejemplo:

  • Si se agrega de a un grano de arena por vez, ¿en qué momento se empieza a tener una montaña de arena?
  • Si se le prende fuego a un tronco, ¿en qué momento pasa a ser un tronco quemado?
  • Si se encuentra una uña en el piso, ¿uno puede decir que encontró el cuerpo de una persona? ¿Y si se encuentra un dedo? ¿Y una mano? ¿Y un brazo? ¿Y un torso? ¿Y un cuerpo sin cabeza? ¿Y un cuerpo sin pierna? ¿Y un cuerpo sin uña?

Me recuerda a un viejo chiste: -¿Cuánto cuesta una gota de nafta? -Nada. -Entonces lléneme el tanque gota a gota.

La pregunta no versa sobre el mundo real(!)

Volviendo a la paradoja de Teseo, ¿cuál es la respuesta? ¿Cuál es el barco original? Mi manera de verlo (básicamente inspirado en Mind, J. Searle) es que no hay respuesta definida, y esto es en un sentido bastante preciso. La pregunta acerca de cuál es el barco original no es una pregunta factual, objetiva, sobre el mundo real. (Mejor dicho no necesariamente lo es). Nada indica que en el mundo real haya una "originalidad" que esté presente en uno de los barcos pero no en el otro. Los hechos objetivos que sabemos con certeza sobre el mundo real son los que ya fueron expuestos: que había un barco, que se le fue cambiando de a una madera por vez y que finalmente se construyó otro barco con las maderas viejas.

¿Preguntas "profundas"?

¿Por qué estoy dando este ejemplo? Porque me parece que ilustra varias cosas muy importantes. La primera es que hay muchas, muchísimas, preguntas que parecen profundas e importantes, pero en realidad se basan en asumir que hay algo más allá de los hechos objetivos que experimentamos. Cuando la discusión pasa a tratarse de lo que no experimentamos, la discusión empieza a ser estéril, a basarse en suposiciones infundadas y en actos de fe. (Maravillosamente, toda la matemática es así). Por ejemplo, una posible pregunta ontológica es si una mesa realmente existe o si sólo existen los átomos que la forman [ver también esto]. Creo que ninguna persona sensata y en sus cabales discute que la mesa existe en su acepción cotidiana, pero sí se discute si la mesa "existe" como algo más que la suma de sus partes. Mi forma de verlo es que, en este caso, el hecho objetivo del que tenemos evidencia es que hay un conjunto de átomos, dispuestos de una cierta manera, al que llamamos mesa. La pregunta de si la mesa existe no tiene por qué ser una pregunta factual, objetiva, sobre el mundo real. Si uno se pone a discutir eso, está presuponiendo que, en el universo, además de cosas, hay una "verdadera existencia" de las cosas. ¿Pero de qué manera podemos experimentar esa "verdadera existencia"? ¿Tiene sentido asumir algo que nunca experimentamos?

El punto recursivo es que ahora surge la pregunta acerca de si existe la "verdadera existencia" de las cosas. La respuesta a esta pregunta depende de su propia respuesta, sin que en ningún caso se forme una paradoja. Responder por sí o por no es un acto de fe.

En general tiendo a pensar que es más sensato no andar por la vida asumiendo existencias, quizá por aquello de la navaja de Ockham; pero también me doy cuenta de que casi toda mi vida está organizada alrededor de actos de fe, en la creencia de que muchas de estas cosas sí existen: el futuro, mi casa, las demás personas, los sentimientos, los pensamientos, la sociedad, las cosas.

La paradoja de Teseo y la hipótesis de Sapir-Whorf

Por otro lado, el ejemplo de la paradoja de Teseo también muestra la medida en la que nos tomamos en serio nuestro modelo mental del mundo. Recuerdo que, en Ciudad de cristal, P. Auster pregunta si un paraguas sin tela sigue siendo un paraguas (notar que la pregunta es muy parecida a la de la montaña de arena). A veces se dice, afirmación gastada si las hay, que "no todo es blanco o negro, también hay grises". Lo que estoy diciendo no es exactamente eso, pero se parece un poco.

Imaginemos por un momento una hipotética cultura que no tuviera tan asimilado el concepto de gris, que no usara la palabra "gris". En la vida cotidiana aparecen muchísimas cosas negras, y muchísimas cosas blancas, y uno aprendería desde muy chico a llamar "negras" a las cosas negras y "blancas" a las cosas blancas. El problema es que la categorización del mundo por las propias estructuras mentales, por una cultura, por un lenguaje, puede hacer que uno crea que todas las cosas deben ser o bien negras o bien blancas. Si un día aparece un objeto gris, algún miembro de esta hipotética cultura podría preguntarse "¿pero es realmente negro o realmente blanco?" sin darse cuenta de que la realidad es como es y preexiste a esos términos.

(Me divierte sugerir, jocosamente y sin rigor, que el problema es insalvable, porque el lenguaje es discreto y las oraciones son infinitas numerables, mientras la realidad es un continuo innumerable).

Una pregunta parecida, que alguna otra vez mencioné, también me perturbaba cuando era más chico. La pregunta es si la luz se comporta en forma de ondas o en forma de partículas. La respuesta es: la luz es luz, la luz es tal como es, déjense de joder. "Ondas" y "partículas" son meramente palabras, que quizás pueden ayudar muchísimo a entender cómo se porta la luz, pero no tiene sentido preguntarse si la luz "realmente" se porta de una manera o de otra; eso es no darse cuenta de que la realidad preexiste a los términos. (Cf. "este objeto es blanco Y también es negro", "este objeto a veces se porta como un objeto blanco y a veces se porta como un objeto negro").

Formalizando las cosas no hay más pregunta

Una última nota pertinente sobre la paradoja de Teseo es que si uno define rigurosamente, con total precisión, qué quiere decir cuando pregunta si un barco y otro son el mismo, entonces la duda se desvanece. Si uno dice, por ejemplo, "dos barcos son el mismo sii tienen el mismo capitán", entonces ya no hay dudas acerca de cuál es el barco original. Si uno dice, en cambio, "dos barcos son el mismo sii están hechos con exactamente las mismas maderas", la respuesta quizá puede cambiar, pero tampoco quedan dudas.

4. ¿Por qué creo en la reencarnación?

¿Quiénes somos?

El título es un poco amarillista, porque en realidad no creo en la reencarnación. Lo que motiva esto es ¿quién sos?, o mejor dicho, ¿quién soy?, o mejor dicho, ¿quién?

Me refiero a preguntas como las que siguen. ¿Qué me hace pensar que "yo" soy el mismo que el bebé que me dicen que alguna vez fui? ¿Qué hace que yo sea ese bebé y no otro? ¿Era alguien antes de nacer? ¿Voy a ser alguien después de morir? ¿Qué me hace pensar que yo soy distinto de vos? ¿Por qué pienso que somos dos personas diferentes y no, en cambio, que todos somos una misma persona desperdigada entre varios cuerpos?

Como decía más arriba, nadie dudaría, aunque fuera un esencialista mereológico o quién sabe qué cuernos, que una cierta mesa concreta existe. De la misma manera, en la vida cotidiana uno responde todas esas preguntas con sentido común. No estoy poniendo en duda que las nociones de "yo" y "vos" apliquen en ese sentido. Lo que quiero decir es que muchas de esas cosas son términos como "blanco" o "negro", que no están del todo bien definidos, y que no aplican en algunos casos de borde. En algunos casos la realidad es gris.

Quizá, dicho de otra manera, la pregunta sea si el "yo" es algo de lo que tenemos experiencia directa, algo que podamos decir que tiene existencia independiente, objetiva, en el universo. Mi forma de verlo es que no. Que es solamente un concepto. Y que entonces preguntarse si "realmente" existe o no existe es una pregunta que no es necesariamente factual, por lo que en definitiva requiere un acto de fe, tanto para ser respondida por la positiva como por la negativa.

Posibles definiciones del yo

Se me ocurren dos maneras, bastante amplias, en las que alguien podría tratar de caracterizar qué es el yo. La pregunta se parece bastante a la paradoja de Teseo. Una manera es por la continuidad espaciotemporal del propio cuerpo, que creo que podría pensarse básicamente como la existencia de una parametrización continua de un cuerpo en cuatro dimensiones. Además de ser continua habría que pedir que cumpla con algunas propiedades básicas como contener siempre exactamente un cerebro. En otras palabras, esta versión de la identidad diría: yo soy yo porque desde que era bebé hasta ahora mi cuerpo estuvo siempre en una posición del espacio vecina a la anterior, y se fue moviendo a lo largo del tiempo para llegar hasta donde estoy.

Otra manera que se me ocurre de caracterizar la identidad sería dar alguna relación R entre dos estados mentales s1 y s2, de manera tal que dos personas serían la misma si y sólo si y sólo si R(s1, s2). La relación R debería capturar memorias y otras cosas que no me quedan del todo claras. La idea de esta versión de la identidad es decir, por ejemplo: yo soy yo porque conservo mis memorias del pasado, mi manera de ser.

Creo que las concepciones cotidianas sobre el "yo" cumplen con alguna variante de las dos definiciones. El problema es que, al menos a mi parecer, hay algunos gedankenexperiments que contradirían a la primera manera, y otros que contradirían a la segunda. Paso a mencionarlos.

Limitaciones de las definiciones

¿Qué pasaría si, con suficiente tecnología, replicaran átomo a átomo el estado de mi cerebro?

El dualismo, es decir la idea de que el cuerpo y la mente (o el "alma") son cosas independientes es un modelo que, como la idea de Dios, es perfectamente autoconsistente, pero que genera muchas preguntas. Por ejemplo, ¿de qué manera interactuarían el cuerpo y la mente en ese caso?

Esto no quiere decir que descarte la plausibilidad de un modelo dualista. El universo material es aquel al que tenemos acceso a través de nuestros sentidos e instrumentos de medición. No parece descabellado pensar que hay pedazos del universo que son indispensables para que seamos conscientes, pero a los que nuestros sentidos no tienen acceso.

Por ejemplo, si algún día pudiera simularse un universo, y entes conscientes dentro de ese universo, probablemente no sería muy difícil restringir las experiencias sensoriales de esos entes, para que, por ejemplo, ellos "vieran" sus cuerpos como paralelepípedos sin cerebro. Si algún día esos entes se preguntaran cómo es que piensan, ciertamente ninguna hipótesis materialista les ayudaría a explicarlo. Tranquilamente podríamos estar viviendo en un universo simulado, de tal manera que nuestras mentes sean procesos ubicados en un nivel diferente, inaccesible para nuestros sentidos e instrumentos de medición.

Otra posibilidad es sostener algún tipo de materialismo, es decir que la mente y el cuerpo son algo que existe interdependientemente, en el mundo físico de moléculas de carbono e impulsos eléctricos. La ciencia contemporánea se inclina más por esta teoría.

Es claro que en el universo hay consciencias. La demostración sos vos, que ahora estás consciente y leyendo el texto. Es una demostración muy particular, porque yo no puedo tener la certeza de que vos estás consciente, ni viceversa.

¿Pero qué es una consciencia? ¿Cuántas consciencias hay en mí? ¿Qué es lo que hace que varias de mis experiencias sean una sola, la experiencia de ser "yo"? O, volviendo a otra de las preguntas, ¿qué me hace pensar que yo soy distinto de vos? (No tengo la más pálida idea). En un artículo de Chalmers se pregunta: ¿qué significa que la consciencia esté unida?

Si uno admite la hipótesis materialista, es decir que el cuerpo y la mente no son cosas separadas, sino interrelacionadas, lo que ocurre es que hay subsistemas del universo físico que, al encontrarse en un cierto estado, "sienten" que están en ese estado. Por ejemplo, el subsistema del universo que corresponde a tu visión, formado físicamente por retinas, nervios y sinapsis, "siente" que está viendo cosas, tiene la experiencia de la imagen que estás mirando. El subsistema del universo que corresponde a tu audición "siente" que está escuchando. El subsistema del universo que corresponde a tu mente tiene la experiencia cualitativa de estar pensando.

A primera vista, podría parecer que la versión propuesta es una variante del argumento del homúnculo, que en lugar de explicar cómo funciona la percepción, patea el problema para adelante. En realidad, lo de arriba no pretende ser una explicación sobre cómo funciona la percepción. Lo que trata de decir es que hay "algo" irreducible, alguna ley fundamental de la física que hace que ciertos subsistemas del universo, ciertos procesos materiales, tengan experiencias cualitativas, es decir que "sientan". De acuerdo con mi escaso entendimiento, las leyes de la física hasta el momento conocidas (o, mejor dicho, postuladas) no responden estas preguntas: ¿cuáles son los procesos materiales o subsistemas del universo que tienen experiencias cualitativas? ¿qué tipo de experiencia cualitativa tiene un cierto proceso material o subsistema del universo?

¿Qué es entonces aquello a lo que llamamos "sujeto" o "yo"? Mi manera de verlo es que, simplemente, llamamos "sujeto" a un subsistema del universo unificado maximal. Dos subsistemas están unificados si su unión tiene una experiencia cualitativa. Por ejemplo, si S1 es el subsistema de tu visión, que tiene una cierta experiencia (la de estar viendo), y S2 es el subsistema de tu audición, que tiene una cierta otra experiencia (la de estar oyendo), es cierto que S1 y S2 están unificados, es decir que la unión de dichos sistemas, S1 U S2 tiene una cierta experiencia (que, en particular, es la de estar viendo y oyendo). Por lo tanto, S1 y S2 no son maximales, y no califican como un sujeto. Por otra parte, si tomamos el subsistema del universo vulgarmente llamado "yo" y consideramos la unión con el subsistema del universo vulgarmente llamado "vos", es cierto que cada subsistema, por separado, tiene una cierta experiencia, pero no es cierto que los sistemas estén unificados, es decir la unión de los subsistemas no tiene una experiencia cualitativa.

Split-brain

"Split-brain" o "cerebro separado" es una condición en la que una persona, por algún daño en el cuerpo calloso, pierde en medida significativa la conexión entre los dos hemisferios del cerebro.

¿Qué pasaría si tus dos hemisferios quedaran separados?

Una primera pregunta es: ¿cada mitad del cerebro sería consciente? Yo no lo sé con certeza, pero todo parece indicar que sí. Por lo que considero que es una definición de "sujeto", lo que pasaría en este caso es que .

Posibles respuestas a las preguntas

Pasemos a la primera pregunta. ¿Qué me hace pensar que "yo" soy el mismo que el bebé que me dicen que alguna vez fui?

¿Qué hace que yo sea ese bebé y no otro? ¿Era alguien antes de nacer? ¿Voy a ser alguien después de morir? ¿Por qué pienso que somos dos personas diferentes y no, en cambio, que todos somos una misma persona desperdigada entre varios cuerpos?

La impermanencia, nonoba, muchas conciencias dando vueltas por ahí Vengan a casa, sinestesia con A y E, double qualia, cambiar izquierda y derecha el anti-realismo el anti-dualismo.

Véase también

Ni con cola

Los comentarios que el blogger autoproclamado "Hijo De Puta" ha dejado últimamente en este blog me hacen sentir cosas, pensar cosas, preguntarme cosas.

La primera sensación es el sentimiento de haber recibido violencia a cambio de un acto no violento. Ese sentimiento es una especie de ligero calor que se forma en la panza, que en otras circunstancias uno incluso podría identificar con la quemada imagen de "mariposas en la panza" con la que se describe, a veces, a la limerencia. Esa primera sensación también es una especie de confusión, de mareo mental.

Me hace acordar a alguna vez que, caminando tranquilamente por la calle, pasó un tipo y me pegó un empujón, como autoafirmándose. Como diciendo "Yo estoy acá carajo. A mí dejame espacio para pasar porque si no te cago a piñas. Y no se te ocurra buscártelas conmigo porque sos un meñique falto de masa muscular y yo te aplasto como a un vasito de cumpleaños." Algo así. Esa primera impresión es de "pero... qué violencia... pero... ¿yo qué hice?".

La primera objeción que me hago a mí mismo es esta: ¿por qué me parece que mis actos son "no violentos"? Lo que yo hago es publicar palabras en un blog. Lo que él hace también es publicar palabras en un blog. Entonces, ¿qué diferencia hay? ¿Por qué siento que lo mío no es violento y lo suyo sí? ¿No podría ser que mis palabras lo hayan irritado en grado sumo? Me imagino que en parte sí: debo irritarlo con mi temática, con el tono de mis palabras, con la elección de las palabras, que reflejan mis obsesiones, mi formación, mis ignorancias. Debo irritarlo, sobre todo, con la pretensión de "racionalidad juguetona". Cuando escribo este blog hago de cuenta que soy importante, que soy inteligente, que soy filósofo, que soy poeta, y a esta persona debe resultarle irritante esta actitud, dado que en realidad no soy ninguna de todas estas cosas. Es posible que también le resulte irritante esta manera de responder falsamente modesta. Pero bueno: esto es lo que hay.

La mayor diferencia entre el empujón y los comentarios de "Hijo De Puta" es que el empujón es algo que me afecta físicamente. En cambio los comentarios son solamente palabras. ¿Cómo puede ser que unas palabras me afecten tanto? La procesión va por dentro.

Releo uno de sus comentarios, que dejó en el post anterior (el del espejo). Dice: "andá a hacerte el vivo a la concha de tu madre". Supongo que lo que quiere es que yo me dé cuenta (y, probablemente, que mis lectores se den cuenta) de que mi análisis no vale un comino (que no tiene valor de por sí), y que solamente sirve para autocomplacerme. Es decir, que escribí ese texto, y todos los de este blog, solamente para sentir que hago análisis inteligentes, para sentirme la crema de la crema, para que mis lectores piensen que soy maravilloso y me dejen comentarios divinizándome.

Si siguiera mi primer impulso, podría tomarme el comentario a modo personal, darme manija, dejarme llevar, engancharme. En ese caso podría, por ejemplo, tratar de refutar por qué me parece que esta persona está equivocada. Podría llamarlo "troll". También podría quedarme callado. O podría tratar de terminar la discusión, y contestarle: "sí, es verdad, eso es exactamente lo que quiero, quiero sentirme importante y que me chupen las medias". (Una manera bastante fácil de terminar una discusión es tragarse el ego y ponerse del lado de la persona que insulta "-Sos un boludo. -Tenés razón, gracias").

Pero realmente me parece que hacer todas esas cosas no sería sincero. Tratar de mostrarle a "Hijo De Puta" que está equivocado sería un error. En parte porque tiene un poco de razón (aunque sus formas sean un poco "violentas"). Haciendo eso nadie ganaría nada, solamente entraría en una pesadilla sin fin, él me seguiría dejando mensajes cada vez más violentos, y yo respondería cada vez más enojada y violentamente, dejándome controlar por los impulsos. Lo más importante es que eso me pondría en una situación confrontativa en la que yo trataría de defender mi punto de vista a toda costa, a tal punto que mi orgullo no me permitiría reconocer mis propios errores. (Esta última es una situación bastante frecuente e infeliz en las discusiones).

Decirle que tiene la completa razón, solamente para tratar de que se calle, también sería una actitud poco sincera.

Mi pregunta es: ¿qué es lo que busca "Hijo De Puta"? En parte, él también quiere molestar y autocomplacerse. Pero por otro lado sería muy soberbio de mi parte interpretar que solamente deja comentarios violentos para joder. No me gustaría ser como esas personas que creen que todos los críticos son personas frustradas o envidiosas. Entonces me parece que es necesario ponerme a pensar qué es lo que me quiere decir esta persona.

Dado que no voy a ponerme a "discutir" con esta persona, y tampoco voy a "darle toda la razón" (porque, como dije, me parece que las dos cosas serían improductivas y poco sinceras) solamente quería agregar un párrafo más con mi propia visión.

En primer lugar, sí: la mayor parte de las cosas que pongo en este blog las escribo sin otro fin que el de autocomplacerme. Si la analogía no les resulta demasiado gráfica, pueden pensarlo como una masturbación mental. Ahora, sin hipocresía ni falsa modestia puedo decir que este blog es, como tantos otros, inútil, y que incluso las cosas más profundas o inteligentes que se puedan llegar a leer acá no arañan ni la contratapa de todas las cosas interesantes que hay en los libros o los artículos especializados. Por otra parte, la verdad es que importante no voy a ser nunca. Estamos viviendo un período histórico que, comparado con la historia del universo, representa una diminuta flatulencia. Vivo en un país situado en el culo del cosmos. Con suerte llegue a los ochenta años, y no creo que llegue a esa edad habiendo hecho una contribución valiosa para la humanidad (y ni siquiera para mí mismo). Si en algún momento busco sentirme importante, ese sentimiento de importancia es algo que no busco en este blog. En este blog escribo para divertirme, para los amigos, para la gente que tenga ganas de leer, para mí mismo, para no perder mis escritos.

Brevemente me despido de ustedes.